El huevo que flota y el huevo que bota

Los alumnos de 4º de ESO de Cultura Científica han realizado dos prácticas en el  laboratorio: el huevo que flota y el huevo que bota.

La primera práctica consiste en poner un huevo en un recipiente con agua destilada y otro en un recipiente con agua con sal y observar lo que ocurre.

En el matraz que contiene agua destilada el huevo se hunde y en el matraz que contiene agua con sal el huevo flota.

La densidad del agua varía mediante la adición de solutos (en nuestro caso, la sal). El agua salada es más densa que el agua dulce. Al añadir sal al agua, conseguimos un líquido más denso que el agua sin sal, lo que hace que el empuje que sufre el huevo sea mayor y supere el peso del huevo, provocando que flote. Con este experimento los alumnos han podido comprobar el Principio de Arquímedes.

Después hemos realizado otro experimento, que consiste en dejar los huevos cubiertos de vinagre en un recipiente durante un par de días. 

Lo que le ha ocurrido al huevo no es magia, es ciencia. Y es que, al meter el huevo en vinagre se produce una reacción química que disuelve la cáscara del huevo, de carbonato cálcico, haciendo que entre en contacto con la clara. El ácido acético del vinagre desnaturaliza parte de la cáscara, haciendo que la superficie quede gruesa y gomosa y que el huevo bote al dejarlo caer sobre una superficie.

Se trata de dos experimentos muy sencillos y divertidos que os recomiendo que hagáis todos en casa.








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