Hasta siempre, Bovalar

Me ha costado muchos meses escribir este post. Quizá porque no me gustan las despedidas, quizá porque no tenía fuerzas después de todo lo vivido, quizá porque los cambios cuestan. Después de cuatro años como profesora de Biología en el IES Bovalar, por fin he conseguido la plaza definitiva en un buen instituto y cerca de casa. Estoy muy contenta porque los que os dedicáis a la enseñanza sabéis que cuesta muchos años conseguir estabilidad en nuestro trabajo, pero no puedo evitar ese pellizco por todo lo que dejo atrás. 

Cuando llegué al IES Bovalar por primera vez y vi que era un CAES pensé: "pero, ¿dónde me he metido?" y a los pocos días, cuando conocí al gran equipo humano que forma el claustro de profesores, ya me sentía como en casa. Me acogieron como una más, me hicieron sentir parte del equipo y me enseñaron tantas cosas en este tiempo que no tengo más que palabras de agradecimiento para todos ellos. 

He tenido la suerte de trabajar con un equipo directivo de una gran calidad humana, siempre preocupados por los profesores y los alumnos, siempre dispuestos a escuchar y a mejorar, con un proyecto educativo que intenta cambiar las cosas para conseguir esa pequeña gran revolución que necesitan nuestras aulas. Gracias por confiar en mí. 

En todo este tiempo he aprendido muchísimo sobre el trabajo por proyectos, la convivencia, la inclusión, la codocencia, la tutoría, la multiculturalidad, el trabajo cooperativo, ..

Especialmente importantes para mí han sido mis compañeros de departamento, buenos profesionales y mejores personas. Me han dado muy buenos consejos y han estado siempre ahí, en los buenos y malos momentos.

Voy a echar mucho de menos a mis alumnos, de los que también he aprendido tantísimo en estos años, algunos por su frescura y su inocencia, otros por todo el peso que llevan en su mochila a pesar de su corta edad. Algunos a los que he visto crecer y madurar en estos años, otros que siguen escribiéndome mails de vez en cuando. Me acuerdo de muchas anécdotas vividas con ellos, de momentos de lloros y de agobio que también los ha habido, no olvidemos que son adolescentes, pero sobre todo de las risas, de esos momentos espontáneos y divertidos que surgen en el aula o en el laboratorio o en una excursión y que nos llenan de energía como docentes.

En el Bovalar, los profesores, el equipo directivo, el departamento de orientación, el aula CYL, los conserjes, la administrativa o el personal de limpieza, todos forman una gran familia difícil de olvidar.

Os voy a echar de menos compañeros, porque a muchos de vosotros ya os considero amigos y formáis parte de mi vida. 

 ¡Hasta siempre, Bovalar!

Comentarios

  1. Nosotros ya te echamos de menos, Isabel.
    Que tengas mucha suerte.
    El Penyagolosa se lleva una gran profesora.
    Un abrazo!
    Fernando

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